ALEJANDRO CARDESÍN: “Con el apoyo internacional necesario, los humanos podrían viajar a Marte en 20 o 30 años”

Alejandro Cardesín durante la XXVIII Canary Islands Winter School of Astrophysics, organizada por el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC). Crédito: Elena Mora (IAC).
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Alejandro Cardesín sabe de lo que habla cuando se le pregunta por misiones espaciales. Lleva más de diez años trabajando en la Agencia Espacial Europea (ESA), involucrado en varios proyectos que estudian el Sistema Solar, como la misión Rosetta para el cometa Churyumov-Gerasimenko y Venus Express. En la actualidad, este ingeniero de telecomunicaciones forma parte de los proyectos que exploran Marte, como Mars Express y Exo Mars, esta última puesta en órbita con el planeta rojo hace unas semanas. Uno de sus objetivos será indagar las condiciones para el desarrollo de la vida en el planeta. Pero su carrera en la exploración espacial va todavía más lejos, ya que también participa en JUICE (Jupiter Icy Moons Explorer), misión que en 2022 saldrá de la Tierra con destino a Europa, Ganimedes y Calisto –tres de las lunas más grandes de Júpiter- para averiguar si hay vida en los océanos de agua líquida bajo la superficie. Alguien como él no podía faltar en la XXVIII Canary Islands Winter School of Astrophysics, organizada por el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC).

 

Por Elena Mora (IAC)

 

“Los científicos han encontrado múltiples formas de vida en todos los ámbitos terrestres, lo que demuestra que algunos de estos organismos podrían sobrevivir en condiciones muy similares a las del planeta rojo.”

“El próximo paso en la exploración de Marte será el análisis del subsuelo, ya que es muy probable que procesos geológicos o biológicos, desconocidos hasta ahora, se encuentren a poca profundidad, quizá en presencia de agua líquida.”

“La comprensión de la historia venusiana tiene grandes implicaciones para el estudio del cambio climático terrestre.”

 

Pregunta: El pasado 20 de julio se cumplieron 40 años desde que la Viking 1 llegó a Marte y envió las primeras imágenes del planeta rojo. ¿Qué supuso para el mundo ver este planeta por primera vez? ¿Cuánto hemos avanzado desde entonces?

Respuesta: Desde las primeras observaciones con telescopio en el siglo XIX, Marte ha sido siempre objeto de muchas teorías y especulaciones sobre la posibilidad de que pudiera albergar condiciones similares a las de la Tierra y aptas para la vida, por lo que se dispararon las fantasías pseudocientíficas sobre posibles civilizaciones extraterrestres con gran impacto en la sociedad.

Esta curiosidad fue impulsada por la carrera espacial en los años 60 y 70, que culminaron con las misiones Viking, las primeras misiones con un objetivo puramente exobiológico y que tuvieron una cobertura mediática solo comparable a las misiones Apolo. Desafortunadamente para la fantasía popular, estas misiones confirmaron que el ambiente marciano era muy diferente a lo esperado y no había rastro de vida, pero establecieron una serie de preguntas sobre la historia geológica de Marte que la comunidad científica sigue intentando desvelar después de muchas décadas.

La exploración planetaria tuvo un parón muy importante después de la carrera espacial y hemos tenido que esperar a este nuevo siglo para poder continuar la investigación espacial y seguir aportando piezas al gran puzle que supone la historia del planeta rojo.

P: A medida que avanzan los resultados en investigación sobre Marte, especialmente los que indican que allí hubo agua, son más los científicos que consideran que albergó vida. ¿Qué indicios o evidencias sostienen esta posibilidad? Si hay vida, ¿cómo va a cambiar nuestra percepción del Universo y de nuestro lugar en él si se confirmase?

R: La exploración planetaria y, en particular, la astrobiología intentan responder a una de las preguntas más importantes para el ser humano: ¿dónde y cómo surgió la vida? Sabemos que la vida en la Tierra tiene una increíble capacidad para adaptarse a las condiciones más extremas y en nuestro planeta es muy difícil encontrar algún lugar donde no esté presente, al menos a niveles microscópicos.

Los científicos han encontrado múltiples formas de vida en todos los ámbitos terrestres, desde las temperaturas bajo cero de los casquetes polares a los océanos más profundos o a los desiertos más cálidos, e incluso en ambientes extremos como las aguas ácidas del Río Tinto o las piedras de sal del desierto de Atacama. Todo esto demuestra que algunos de estos organismos podrían sobrevivir en condiciones muy similares a las del planeta Marte.

Por otra parte, se ha comprobado que hay muchos microorganismos, concretamente, algunos líquenes, hongos y, sobre todo, esporas, que podrían subsistir en las condiciones de vacío y de radiación del espacio, por lo que podrían sobrevivir a un viaje interplanetario. Existe una teoría llamada “panspermia”, que sugiere que la vida en la Tierra podría ser de origen extraterrestre. Sabemos que en el pasado ha habido intercambio de material (transportada en meteoritos, etc.) entre Marte y la Tierra, por lo que existe la posibilidad de que la vida pudiera viajar entre ambos planetas. Investigar el planeto rojo es una de las pocas posibilidades que tenemos de encontrar una explicación al origen de dicha vida y, si la hallamos, habrá que analizar si ésta ha surgido en paralelo a la de nuestro planeta o no. En cambio, si no encontramos nada, tendríamos que preguntarnos por qué en condiciones similares la vida surgió en un planeta y no en el otro.

P: ¿Qué persigue la comunidad científica con la misión Exo Mars?

R: El programa ExoMars consta de dos misiones, una en el año 2016 y otra en el 2020, que abarcan dos áreas muy distintas pero complementarias entre sí, como son la ciencia y la tecnología. A nivel científico, ambas tienen como objetivo aportar más información sobre las condiciones del planeta rojo para albergar vida. La primera fase, en 2016, analizará mediante el TGO (Trace Gas Orbiter) las trazas de gases en la atmósfera que puedan ser indicadores de actividad geológica o biológica reciente, y la segunda fase, en 2020, tendrá como objetivo el análisis de compuestos químicos en la superficie y el subsuelo para explicar cómo ha evolucionado el planeta en los últimos millones años y si quedan indicadores biológicos de épocas anteriores.

En el ámbito tecnológico, ambas misiones desarrollarán el conocimiento y los métodos necesarios para llevar a Marte instrumentación científica cada vez más avanzada, con el propósito de traer muestras del planeta en los próximos años. A pesar de la pérdida del módulo Schiaparelli, la tecnología desarrollada en este viaje interplanetario servirá de base para el siguiente gran paso de la humanidad: la futura exploración humana de nuestro planeta vecino.

P: Uno de los objetivos principales de Exo Mars es estudiar el metano presente en su atmósfera, ya que podría ser un indicio de que existen procesos biológicos que lo producen, como ocurre en la Tierra. ¿Cuál es el origen de este gas? ¿Si hubiera algún proceso biológico que lo originara, dónde podría estar?

R: El origen del metano en Marte es un gran misterio, ya que en nuestro planeta este gas procede principalmente de la actividad biológica o, en algunos casos, de procesos geológicos activos en contacto con agua líquida. Sin embargo, ahora mismo, no se encuentra ninguna de estas condiciones en Marte.

Además, el metano no puede permanecer en la atmósfera durante mucho tiempo debido a que se degrada por efecto de la radiación, oxidación y recombinación con otros elementos químicos, por lo que los procesos que lo generan y las variaciones observadas en las últimas investigaciones deberían estar ocurriendo ahora mismo o como mucho en los últimos cientos de años.

Las misiones espaciales nos siguen dando mucha información sobre los procesos químicos que ocurren en la atmósfera y la superficie pero, por ahora, ninguno de ellos ha conseguido explicar las variaciones que se han encontrado. Por ello, el próximo paso en la exploración planetaria de Marte será el análisis del subsuelo, ya que es muy probable que estos procesos geológicos o biológicos, desconocidos hasta ahora, se encuentren a poca profundidad, quizá en presencia de agua líquida.

P: Hay teorías que dicen que Venus fue un planeta con una atmósfera muy similar a la terrestre. ¿Existe la posibilidad de que la nuestra evolucione de ese modo?

R: Venus es nuestro vecino más cercano, tiene un tamaño casi idéntico al de la Tierra y, según las teorías más aceptadas, ambos planetas se formaron en las mismas condiciones, con una cantidad de agua muy similar y a una distancia del Sol relativamente parecida (solo un 30% de diferencia). Pero, a pesar de tener un origen común, Venus ha evolucionado de manera muy distinta, donde el agua ha desaparecido casi por completo y la atmósfera ha llegado a unos extremos de presión y temperatura que impiden cualquier tipo de vida y hacen muy difícil la exploración de la superficie.

El principal objetivo de la investigación de Venus se centra en entender la evolución del efecto invernadero causado por la atmósfera e intentar averiguar si hubo un punto de no retorno en su historia geológica, en la cual se pudo romper el equilibrio térmico, causando la evaporación del agua líquida y la pérdida de gases al espacio exterior.

La comprensión de la historia venusiana tiene grandes implicaciones para el estudio del cambio climático terrestre, ya que el aumento del efecto invernadero, causado por la actividad humana en las últimas décadas, está rompiendo el equilibrio térmico y necesitamos saber si estamos cerca de ese punto de no retorno que podría acabar con la vida en nuestro planeta.

P: ¿Podríamos hablar de próximas misiones, aparte de Exo Mars y Venus Express, para la conquista de otros planetas del Sistema Solar?

R: Las agencias espaciales tienen programas de exploración del Sistema Solar a muy largo plazo ya que las misiones interplanetarias son de una gran complejidad y necesitan muchos años de desarrollo, y, como en el caso de ExoMars, requieren de la cooperación de varias agencias para llevarse a cabo.

Hoy en día, uno de los temas más importantes a nivel internacional es la investigación astrobiológica que está dando un gran empuje, no solo a los programas de exploración de Marte, sino también a los de las lunas heladas de Júpiter. Ejemplo de ello es la misión europea JUICE que llegará a Europa, Ganimedes y Calisto en 2030, ya que podrían albergar vida en océanos de agua líquida bajo la superficie.

Además, por otro lado, la misión Rosetta ha supuesto un antes y un después en la investigación de cometas y asteroides, por lo que en los próximos años se desarrollarán varios programas internacionales. Estos no solo aportarán mucha información sobre el origen del Sistema Solar, sino que también servirán para el desarrollo de tecnologías que pudieran proteger a nuestro planeta de posibles asteroides que pasen cerca, como en el caso de la misión europea AIM que estudiará el impacto y desvío de un asteroide en colaboración con los americanos mediante el programa AIDA.

P: La conquista de Marte, ¿ficción o realidad? ¿Nos quedan muchos años para que ocurra  o sigue siendo más bien un asunto de ciencia ficción?

Las agencias internacionales continúan trabajando en la exploración del Sistema Solar y, actualmente, el desarrollo tecnológico nos permite pensar que podríamos hacer un viaje no tripulado de ida y vuelta a Marte ya en la próxima década. Aunque es un objetivo muy complejo, la tecnología está en buen camino y con el apoyo internacional necesario se podría conseguir hacer viajes con humanos quizá en 20 o 30 años.

Ahora puede parecer algo inverosímil hacer viajes interplanetarios tripulados pero, a finales del siglo XV los exploradores marinos, con tecnologías que hoy nos parecen muy rudimentarias, hicieron descubrimientos inconcebibles para la sociedad de la época y que cambiaron el rumbo de la humanidad en sólo un par de décadas.

Hoy en día, la siguiente frontera en la exploración humana es el planeta Marte y aunque para la mayoría esto pueda parecer ciencia ficción, los viajes tripulados, o incluso establecer colonias marcianas podría, dentro de pocos años, convertirse en realidad.

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