La Oficina Técnica de Protección de la Calidad del Cielo (OTPC) del IAC se ha convertido en un modelo que han seguido otras comunidades españolas como Cataluña, Baleares, Andalucía, Navarra, Cantabria, Castilla y León o Extremadura. Igualmente, ha servido de referente para otros lugares del mundo como Chile, Hawai e Italia.
Al caer la noche la sensación errónea generalizada suele ser que cuanta más luz, mejor. Más seguridad vial, más sensación de tranquilidad para la ciudadanía y más bellos se ven los edificios importantes. Pero en ese empeño por iluminar se pierde, entre otras cosas, la posibilidad de contemplar el paisaje del firmamento nocturno, declarado por la Unesco patrimonio de las generaciones futuras.
La protección del cielo es crucial para el IAC; Solo así se garantiza la calidad actividad investigadora y se preserva la calidad astronómica de sus observatorios; el 31 de octubre de 1988, el Parlamento Español aprobó la Ley sobre la Protección de la Calidad Astronómica de los Observatorios del IAC.
Los Observatorios Astronómicos son garantes de la protección del medio ambiente. Están situados en parajes privilegiados y los cuidan y protegen para el estudio del Universo. El cielo es su recurso y su protección esencial para cumplir la misión de observar galaxias, estrellas y planetas.
Desde la entrada en vigor de la Ley del Cielo, hace ya 34 años, y, en particular, a partir del año 1992 cuando se aprobó su Reglamento (RD. 243/92) y se creaba la Oficina Técnica, se ha ejecutado una importante inversión en luminarias, fuentes de luz y en renovar instalaciones obsoletas de cableado y cuadros de luz en mal estado. Con estas medidas, hasta el año 2012, se consiguió un ahorro en consumo eléctrico de, aproximadamente, un 30%. Este porcentaje ha ido en aumento gracias a la introducción de la tecnología LED y a una revisión del Reglamento que tuvo lugar en el año 2017, llevando el ahorro hasta un 80% respecto a las instalaciones anteriores.
Además, la Ley del Cielo en Canarias ha significado un revulsivo del que han ido naciendo otras ideas y proyectos similares en otras Comunidades Autónomas. Entre estas iniciativas cabe destacar la denominada ‘Starlight’, una declaración a nivel internacional en defensa de la calidad del cielo nocturno y el derecho de la Humanidad a disfrutar de la contemplación del Universo, con la que la OTPC colabora de forma muy estrecha. Además, en regiones como Cataluña, Baleares, Andalucía, Navarra, Cantabria, Castilla y León o Extremadura se han aprobado normativas similares para luchar contra este tipo de contaminación.
Desde su planteamiento inicial, la Ley del Cielo protege a los observatorios en cuatro aspectos, pero, fundamentalmente, de la contaminación lumínica. Este ha sido un factor primordial dentro de la Ley. Protege al Observatorio del Roque de los Muchachos, aunque también involucra la zona de Tenerife que tiene visión directa a La Palma. En La Palma ha tenido una aplicación retroactiva, motivo por el cual se han realizado adaptaciones de numerosas instalaciones de alumbrado desde el año 1992. Las adaptaciones suponen, por una parte, la reducción potencial de la contaminación lumínica a la mitad, y, por otra, un ahorro importante de dinero en consumo eléctrico para las arcas municipales, acentuado con la implantación de la tecnología led.
Para la correcta aplicación de la Ley fue necesario colaborar con diferentes fabricantes de luminarias para que los dispositivos de alumbrado cumplieran con ella. Para ello se prueban y certifican una gran cantidad de luminarias a efectos de facilitar a los ingenieros y diseñadores la realización de los proyectos de alumbrado de exteriores de acuerdo a la Ley. En la actualidad se encuentran certificadas más de 600 luminarias de 65 fabricantes diferentes.
Control de la contaminación
Para el control de la contaminación, la Ley prevé que toda nueva instalación de alumbrado de exteriores debe estar acompañada por un informe técnico previo y preceptivo emitido por el IAC, de modo que cualquier nueva instalación cumpla con la normativa. Para ello ha sido necesaria la colaboración de la Consejería de Industria del Gobierno de Canarias. Hasta el momento han sido emitidos cerca de 4000 informes técnicos a instalaciones de alumbrado. Pero no todas las nuevas instalaciones de alumbrado pasan por el IAC, ya sea por la ilegalidad de las mismas, porque son ampliaciones de instalaciones existentes o por cualquier otra circunstancia, por lo que desde el año 1994 se denuncian todas aquellas instalaciones que no cumplen con la normativa. En la actualidad se han tramitado más de 1800 denuncias de las cuales 1100 han sido resueltas fruto de aproximadamente 6000 inspecciones.
Además, para un mayor control de los niveles de contaminación existente en los observatorios del IAC se ha previsto un sistema de medidas de la contaminación lumínica. Hasta el momento se han tomado datos de 280 horas de observación en el observatorio del Teide y 360 horas en el Observatorio del Roque de los Muchachos. En la actualidad están instalados en el OT y en el ORM tres instrumentos de medida automática del fondo del cielo “ASTMON”. El instrumento memoriza los datos del brillo del cielo cada 17 minutos en los filtros V, R, B, U en noches sin Luna y nos indica si la noche es fotométrica en cada una de las medidas.
Otro de los aspectos de la Ley es la contaminación radioeléctrica que, aunque con menores dificultades, no por ello ha sido menos importante. Para el control de la contaminación radioeléctrica se ha llegado a un acuerdo con la Secretaría General de Telecomunicaciones para la realización periódica de medidas de fondo de radiofrecuencia en ambos observatorios. Además, se dispone de un equipo portátil para el control periódico a fin detectar frecuencias con niveles superiores a los establecidos por la Ley.
Por último, en lo que se refiere a contaminación atmosférica, la Ley limita la instalación de industrias o actividades contaminantes por encima de los 1.500 metros. Esto que parecía ser muy controvertido inicialmente, ha resultado ser sencillo debido a la ausencia de industrias potencialmente contaminantes en las islas de Tenerife y La Palma y, además, por ser zonas de espacios protegidos (Parque Nacional, corona forestal, etc.).
Han pasado más de treinta años desde la creación de la Oficina Técnica de Protección de la Calidad del Cielo del IAC y los avances y logros han sido notorios. Pero aún quedan escollos por resolver como la continuación con la protección de los observatorios de la contaminación lumínica, adaptando los puntos de luz que por alguna circunstancia no cumplen la Ley y concienciar a la población sobre los beneficios medioambientales de su reducción y los efectos adversos de no hacerlo.
Colaboraciones institucionales
Una de las mayores preocupaciones desde la creación de la Ley, ha sido su difusión y conseguir la colaboración de diferentes entes y organismos, que sin duda han repercutido en su desarrollo. Esta preocupación ha llevado consigo que desde los comienzos la Ley se colaborara con todos los municipios afectados por la Ley, las asociaciones de fabricantes de alumbrado, Comités de iluminación nacional e internacional, los Cabildos de Tenerife y La Palma, con otras comunidades autónomas, agrupaciones astronómicas y con organizaciones ecologistas o de cuidado del medio ambiente como Greenpeace, Seo Birdlife o la más reciente colaboración con LIFE Natura@night, una alianza de las Islas de la Macaronesia para reducir la contaminación lumínica.
Por otra parte, uno de los mayores logros por parte del IAC dentro del ámbito de protección de los observatorios se consiguió el 17 de mayo de 1998, cuando el espacio aéreo de los telescopios fue declarado “Zona de Protección Ecológica”. Esto significó que tanto el Observatorio del Teide, como el del Roque de los Muchachos quedaban libres del tráfico aéreo.
El IAC inició una nueva forma de entender la iluminación de exteriores que se ha extendido, no solo a nivel nacional, sino a todo el mundo. Iluminar adecuadamente significa alumbrado inteligente, cumpliendo con los objetivos de seguridad para la ciudadanía, ahorro energético, reducción del impacto ambiental y cielos limpios. Además, es importante remarcar que estos cielos limpios no solo son un recurso para la comunidad científica, sino un patrimonio para la Humanidad y el paisaje más inmenso que podemos admirar.