- Una novedosa técnica permite a un grupo de investigadores del IAC analizar por primera vez la atmósfera de la Tierra a través de un eclipse lunar
- El estudio determina cuáles son los rasgos presentes en el espectro electromagnetico que indican la existencia de vida en la Tierra e indica que su búsqueda en otros planetas puede resultar más fácil de lo previsto
Un equipo de investigadores del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) ha estudiado por primera vez el espectro de transmisión de la Tierra reflejado en la Luna, como medida de referencia para la búsqueda de vida en otros planetas fuera del Sistema Solar. El método consiste en analizar la atmósfera terrestre como si se tratara de un planeta lejano, ver cuáles son sus principales marcadores biológicos (oxígeno, dióxido de carbono, agua, metano, etc.) y extrapolar los resultados a los nuevos planetas que se descubran, comparando si se dan las condiciones idóneas para que pueda existir vida.
“Hasta ahora sólo había modelos que explicaban cómo era el espectro terrestre, nosotros hemos hecho la primera medida real a través de un eclipse lunar”, declara Enric Pallé, investigador del IAC implicado en el trabajo. Es decir, los científicos han aprovechado que Sol, Tierra y Luna estuvieran alineados en este orden para comenzar su estudio. Solo así, la luz solar atraviesa la atmósfera terrestre y llega hasta la Luna. Dicho de otra manera, si se estuviese en la Luna en pleno eclipse se vería la silueta de la Tierra, opaca, rodeada del espectro de un anillo de atmósfera iluminado. Se podría decir que la Luna se ha usado como espejo en el que observar las características que permiten la vida en nuestro planeta. Estas medidas se han realizado desde el Observatorio del Roque de los Muchachos (La Palma) y utilizando el Telescopio Óptico Nórdico y el William Herschel, en concreto, se ha utilizado el instrumento Liris, construído en el IAC.
“Hasta ahora, el tránsito por espectroscopia era el patito feo entre las técnicas propuestas para caracterizar las atmósferas de los planetas habitables, ahora el pato se ha convertido en cisne”, afirma Rafael Barrena, astrónomo del IAC. Sin duda, ésta es una buena noticia para las futuras misiones que buscarán vida en el universo. La caracterización de un planeta extrasolar puede llevar a una comprensión completa de su composición química, formación y evolución.
Los primeros frutos
“La conclusión básica de nuestro trabajo es que la caracterización de atmósferas de planetas extrasolares, y la búsqueda de vida fuera del Sistema Solar, puede no ser tan difícil de conseguir técnicamente como se había pensado anteriormente”, concluye Eduardo L. Martín, astrónomo del IAC. Según los investigadores, los resultados fueron sorprendentes. No sólo se hallaron las huellas de los principales marcadores biológicos (agua, CO2 y oxígeno) presentes en el espectro, sino que también estas marcas eran inconfundiblemente fuertes. “Se ven como rasgos muy señalados, es decir, será mucho más fácil identificarlos en un planeta extrasolar de lo que en un principio se pensaba”, explica Maria Rosa Zapatero Osorio, astrónoma del IAC.
En este sentido, uno de los resultados novedosos de la investigación es que el metano, apenas presente en la atmósfera, se convierte en un rasgo destacado. Es decir, si en un planeta extrasolar hay metano, por poco que sea, se detectará muy fácilmente. Además, conviene señalar que se han observado otra serie rasgos que apuntan a la presencia de nitrógeno, que constituye el 80 por ciento de la atmósfera terrestre. “Los resultados nos dicen que hay mucho que mejorar en el conocimiento de la Tierra, y como ha ocurrido con los recién descubiertos planetas extrasolares gigantes, siempre hay cierto margen para las sorpresas y los resultados inesperados”, comenta Pilar Montañés-Rodríguez, investigadora del IAC.
Una cuestión de tiempo
Las últimas dos décadas han sido testigo del descubrimiento de cientos de planetas extrasolares y cada vez hay más misiones, tanto desde Tierra como en el Espacio, dedicadas a su búsqueda. Una vez que estos planetas se encuentran, los esfuerzos se concentran en su estudio y caracterización para ver si en ellos se dan las condiciones adecuadas para la vida.
La mayoría de los hallazgos de planetas extrasolares se han producido fijando la atención en los efectos que éstos tienen en la estrella alrededor de la cual orbitan. En este sentido, cuando un cuerpo celeste pasa por delante de una estrella, su luz atraviesa la atmósfera planetaria y se ve modificada por los compuestos químicos que ésta contenga (nitrógeno, oxígeno, metano, etc). Si se estudia el espectro de la estrella antes y después de que el planeta transite por ella, se obtiene el espectro de transmisión del planeta, o lo que es lo mismo, se puede estudiar su atmósfera.
Los investigadores aseguran que ahora se tiene una idea mucho mejor acerca de cómo encontrar y reconocer planetas idénticos a la Tierra, donde la vida sea posible. El estudio se ha publicado en la prestigiosa revista ‘Nature’ y en él han participado los investigadores del IAC Enric Pallé, María Rosa Zapatero Osorio, Pilar Montañés-Rodríguez, Rafael Barrena y Eduardo L. Martín que pertenece, también, al Departamento de Física de la Universidad de Florida.