Agujeros negros supermasivos con masas de millones a miles de millones de masas solares se encuentran comúnmente en los centros de las galaxias. Los astrónomos buscan observar la formación del chorro utilizando interferometría de radio pero todavía sufren de resolución angular insuficiente. Un método alternativo para resolver estructuras pequeñas es medir la variabilidad del tiempo de su emisión. Aquí informamos sobre las observaciones de rayos gamma de la radiogalaxia IC 310 obtenida con los telescopios MAGIC, que revelan una duplicación de flujo en escalas de tiempo más rápidas que 4.8 minutos. El principio de causalidad limita el tamaño de la región de emisión a ser inferior a 20% del radio gravitacional de su agujero negro central. Sugerimos que la emisión está asociada con la aceleración de partículas por el campo eléctrico a través de una brecha magnetosférica en la base del chorro, con mecanismos similares a los de los pulsares.
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La formación y evolución del disco de nuestra galaxia, la Vía Láctea, sigue siendo un enigma en la astronomía. En particular, la relación entre el disco grueso y el disco delgado —dos componentes clave de la Vía Láctea— aún no está clara. Entender las propiedades químicas y dinámicas de las estrellas en estos discos es crucial, especialmente en las regiones donde sus características se superponen, como alrededor de [Fe/H] ~ -0.7, que marca el extremo pobre en metales del disco delgado, superior al del disco grueso. Esto suele interpretarse como un indicio de que el disco delgado se formó enFecha de publicación
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