Estos dispositivos permiten vencer la rotación de campo, uno de los obstáculos de la observación astronómica. Es, según sus responsables, un nuevo paso para aprovechar todo el potencial del GTC, el mayor telescopio óptico-infrarrojo del mundo. La ingeniera española IDOM ha sido la responsable del proyecto. Al igual que con otras compañías nacionales que han colaborado con el GTC, la experiencia le ha abierto la puerta a otros proyectos astronómicos internacionales
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