Las estrellas con masas entre una a ocho veces la masa del Sol evolucionan a través de la rama asintótica de las gigantes (AGB) antes de terminar sus vidas como enanas blancas. Es durante esta fase evolutiva, rápida pero crucial, cuando las estrellas se expanden a dimensiones gigantescas y se enfrían, perdiendo casi la totalidad de su masa debido a los fuertes vientos estelares. La baja temperatura y la alta densidad del viento proporcionan las condiciones perfectas para favorecer la condensación de los granos de polvo en sus envolturas circunestelares. El polvo suministrado por las
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