Según el modelo cosmológico más actualizado, las grandes galaxias espirales como la Vía Láctea crecieron absorbiendo galaxias menores en una especie de canibalismo galáctico del que son testigos unas gigantescas estructuras, las corrientes de marea estelares, que se observan a su alrededor y que constituyen los restos de sus galaxias satélite. Pero aún se desconoce la historia completa en la mayoría de los casos, ya que estas corrientes de estrellas son muy tenues y solo se han podido detectar los restos de las fusiones más recientes.
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