Después de las campañas realizadas en los últimos cuatro años, la reducción y análisis de la mayoría de los datos y la publicación de los mismos (Shaltout y Belmonte 2005; Belmonte y Shaltout, 2006; Shaltout, Belmonte y Fekri, 2007; y Belmonte, Shaltout y Fekri 2008 –en prensa-) se puede afirmar, sin lugar a dudas, que los templos del Egipto antiguo estaban orientados astronómicamente. En realidad, los templos se situaban y orientaban de acuerdo al paisaje, tanto terrestre como celeste, con el fin de plasmar el orden cósmico, la Ma’at, en la tierra. Los resultados preliminares del análisis
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