Desentrañando los puntos brillantes coronales

Resultados del reciente modelo 2D de CBPs. Izqda: temperatura. Dcha: simulación si se observara con la misión Solar Orbiter en el extremo UV. El CBP se distingue por la estructura de arcos magnéticos calientes que aparece brillante en el panel derecho.
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Cuando se observa el Sol en las longitudes de onda de rayos X o del extremo ultravioleta, se pueden distinguir fácilmente en la corona solar cientos de estructuras brillantes y compactas con forma redondeada y tamaños similares al de nuestro planeta Tierra. Estas estructuras se conocen como puntos brillantes coronales o CBPs (del inglés, Coronal Bright Points) y consisten en conjuntos de arcos magnéticos que conectan zonas de polaridad magnética opuesta en la superficie solar. Dichos arcos confinan el plasma solar y en ellos, por mecanismos que han sido debatidos por muchos años entre los físicos solares, el gas se mantiene a varios millones de grados, emitiendo enormes cantidades de energía durante horas y días y constituyendo, por tanto, una de las piezas claves de la atmósfera solar. Desde los años 90, se ha teorizado que una gran parte de los CBPs se origina mediante el acercamiento de polaridades de campo magnético opuestas en la superficie solar. Durante ese acercamiento, un proceso conocido como reconexión magnética daría lugar a arcos magnéticos enraizados en la fotosfera, liberando al mismo tiempo suficiente energía como para calentarlos. Hasta ahora, todos los modelos que han tratado de explicar los CBPs siguiendo esta hipótesis han sido muy simplificados, imponiendo además el acercamiento de polaridades opuestas de una manera artificial y no como ocurre en el Sol. Recientemente, usando un código numérico de última generación y dos de los supercomputadores más potentes de Europa, se han modelado los CBPs con el suficiente realismo como para desentrañar los mecanismos que los generan, pudiendo explicar también diferentes características observadas desde satélites espaciales. Además, se han podido realizar predicciones de cómo son las zonas más frías debajo de un CBP y de cómo es su estructura a pequeña escala. Ambas cuestiones no han sido abordadas todavía desde el punto de vista observacional y necesitarán de datos de muy alta resolución espacial para poder confirmarse, datos que se espera obtener con la próxima generación de instrumentación solar.