David Martínez-Delgado, del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), Emilio J. Alfaro, del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA )-Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y Jorge Peñarrubia, de la Universidad Vitoria de Canadá, en colaboración con M. Juric, del Instituto de Estudios Avanzados de Princenton, y Z. Ivezic, de la Universidad de Washington, han hallado nuevas evidencias observacionales del cruce, por las proximidades del Sol, de una corriente de estrellas perteneciente a la galaxia enana de Sagitario.
La galaxia enana de Sagitario fue descubierta en 1994 por investigadores de la Universidad de Cambrigde. Los estudios realizados por investigadores del IAC en 2001 demostraron que esta galaxia se encuentra en un avanzado proceso de destrucción por la fuerza gravitatoria de la Vía Láctea. La manifestación más espectacular de este fenómeno es el desarrollo de una extensa corriente de marea, auténticos ríos de estrellas, que envuelve a nuestra galaxia en una órbita polar. Los modelos teóricos de la corriente de marea de Sagitario predicen que su cola Norte lleva a cabo un bucle cerrado y se precipita casi verticalmente sobre el disco de la Vía Láctea.
En enero de 2006, un grupo de astrónomos americano anunció el descubrimiento de un nuevo satélite de la Vía Láctea en la constelación de Virgo, a partir del análisis de la posición y distancia de 48 millones de estrellas medidas con el “Sloan Digital Sky Survey “. El nuevo sistema estelar detectado presenta un impresionante tamaño angular (se estima que cubre más de 1000 grados cuadrados) siendo la proyección en el cielo de una gigantesca estructura estelar casi perpendicular al plano Galáctico. Su extensión podría llegar a cruzar el disco en una posición cercana al Sol. Los autores de esta investigación, concluyeron que se trataba de los restos de un sistema estelar cercano anteriormente desconocido, en un avanzado estado de destrucción por las fuerzas de marea de nuestra galaxia.
Al comparar la posición y estructura en Virgo con los modelos teóricos de la corriente de marea de Sagitario, los investigadores españoles, han llegado a la conclusión de que este escombro estelar en Virgo es la proyección en el cielo de la corriente de Sagitario aproximándose al Sol en su caída sobre el disco Galáctico. Esto proporciona una explicación natural de su gigantesca extensión en el cielo, ya que estamos atravesando una corriente colimada de estrellas.
Es posible encontrar una analogía con las tormentas de estrellas fugaces de las Leónidas, momento en el que la Tierra atraviesa una corriente de partículas. Durante la fuerte tormenta de Leónidas de 1887, algunos observadores divisaron una mancha difusa gigantesca en el firmamento en una posición cercana al radiante (la zona del cielo donde parece originarse la lluvia) producida por la proyección en el cielo del tubo meteórico, cuyas partículas dispersaban la luz solar. Este fenómeno, pudo ser fotografiado por primera vez durante la tormenta de 1998. En el caso de Sagitario las partículas son las estrellas de esta galaxia enana, cuya densidad se distribuye en una enorme mancha en el cielo, en una posición cercana a Virgo.
Luz sobre la materia oscura
El grupo español concluye que Virgo no es una galaxia satélite desconocida orbitando la Vía Láctea, tal como se anunció en 2006, sino los restos de marea de Sagitario "lloviendo" sobre la vecindad solar. Sorprendentemente, esto significa que podemos esperar la presencia de restos de la cola de Sagitario en la proximidad del Sol, y sus estrellas podrían identificarse a partir de su enorme velocidad espacial, moviéndose en dirección casi perpendicular al plano de nuestra galaxia.
Este descubrimiento constituye una oportunidad única en la búsqueda de materia oscura, dada la posibilidad de encontrar considerables cantidades de la misma en la zona de la corriente estelar de Sagitario que cruza la vecindad solar. El nuevo reto para los astrónomos del IAC es confirmar, mediante experimentos de física de partículas como el proyecto DAMA, la existencia de dicha materia.