Ya desde el siglo XIX, Canarias ha sido reconocida como una reserva astronómica mundial. La pureza y estabilidad de su atmósfera en alta montaña pasó a ser desde entonces foco de atracción científica. Y si hace un siglo se consideró como una base estratégica idónea para la flota de zepelines alemanes, hoy en día la calidad de su cielo convierte a las islas en punto de referencia para la medición de gases relacionados con el cambio climático o para la calibración de satélites espaciales. "Hay muy pocas islas en el mundo que reúnan las condiciones atmosféricas de La Palma, quizá sólo
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