“Las personas de las generaciones futuras tienen derecho a una Tierra indemne y no contaminada, incluyendo el derecho a un cielo puro”. Así lo recoge la Declaración de los Derechos de las Generaciones Futuras de la UNESCO. Un mensaje que José Domingo Fernández Herrera, director general de Lucha contra el Cambio Climático y Medio Ambiente del Gobierno de Canarias, recordó en la apertura de la "I Jornada sobre Protección del Cielo y Oportunidades de Empleo", celebrada ayer martes en La Laguna. Organizaba este encuentro la Fundación Starlight, con la colaboración del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) y la Fundación STARS4ALL, una plataforma de sensibilización colectiva para promover la oscuridad del cielo nocturno.
José Domingo Fernández comenzó su intervención sobre “Contaminación Lumínica y Cambio Climático” haciendo referencia a la declaración del estado de emergencia climática en Canarias aprobada por el Consejo de Gobierno de esta comunidad, “vulnerable” al Cambio Climático que, en cierta medida, está relacionado con la contaminación lumínica. Este astrofísico de formación explicó qué es la contaminación lumínica, cómo y por qué se produce, qué consecuencias y efectos tiene, cómo evitarla y qué soluciones se proponen, además de informar de la normativa reguladora específica y de su relación con la medioambiental.
Según este ponente, la contaminación lumínica es la luz que no cumple ningún propósito, la que escapa por encima de la luz horizontal de las luminarias y que, por ello, contamina, y que afecta a todos los seres vivos, incluida la especie humana. La reflexión y difusión de las partículas de esa luz emitida dificultan la absorción atmosférica y distorsionan la señal que llega de fuera y, por tanto, perjudica la observación astronómica: hace que aumente el brillo nocturno y que desaparezcan estrellas. También pone en riesgo nuestra propia salud como la de otros seres vivos. De ahí la necesidad de regular este problema a nivel global, pero especialmente en zonas privilegiadas por su cielo como Canarias, que desde 1988 dispone de una Ley de Protección de la Calidad del Cielo de los Observatorios de Canarias.
Causada por un diseño inadecuado de alumbrado exterior e iluminación en exceso, la contaminación lumínica tiene las siguientes consecuencias: se malgasta energía y dinero, provoca deslumbramiento, empeora la seguridad vial y la de la ciudadanía, produce intrusión lumínica por la luz artificial en el interior de las viviendas con efectos como alteración del sueño, y causa pérdida de patrimonio cultural y científico con la pérdida de visibilidad del cielo nocturno.
Impacto medioambiental
Ante el evidente exceso de consumo energético, “el impacto medioambiental de este derroche es sencillamente descomunal: incrementa nuestra huella de carbono y, por ende, el CO2 acelera el Cambio Climático”, subrayó José Domingo Fernández. Además, tiene efectos biológicos y fisiológicos en flora y fauna: “Los ciclos de luz y oscuridad son determinantes para el desarrollo de las funciones vitales de la naturaleza. Por ejemplo, las aves migratorias se desorientan.” Y en tercer lugar, contribuye a la contaminación atmosférica pues provoca vertidos y residuos contaminantes siendo necesario sustituir las lámparas obsoletas. De ahí la urgencia de dar visibilidad al problema de la contaminación lumínica desde el punto de vista medioambiental, educar a la población y legislar al respecto, aunque ya se está trabajando en ello. “Lo que hasta ahora han sido opciones se ha convertido en obligaciones”. En el alumbrado público, generador de contaminación lumínica, “la principal evolución que se ha producido en la actualidad –señaló José Domingo Fernández- ha sido la transición de las luminarias convencionales de vapor de mercurio, vapor de sodio y halogenuros metálicos a lámparas LED”, si bien deben tenerse en cuenta los efectos adversos que supone un exceso de luz azul en algunos ledes durante las horas nocturnas. Y concluyó que la tendencia en un futuro próximo pasa por la “iluminación inteligente”, con un crecimiento sostenible de las ciudades, el ahorro en costes y mejora de la eficiencia energética.
Importancia de la protección
En su ponencia sobre el “Impacto Económico y Científico de los Observatorios de Canarias”, Casiana Muñoz-Tuñón, subdirectora del IAC, habló de la importancia y el papel de este centro potenciando conocimiento, creación de empleo de alta capacitación e internacionalización en Canarias. También, de los hitos tecnológicos y los desarrollos y oportunidades que han creado. Revisó los estudios que, liderados por la Universidad de La Laguna, se han hecho sobre el impacto económico y social de la Astronomía en Canarias. “La Astronomía –dijo- es un motor y una herramienta también para la educación. El IAC potencia actividades que contribuyen a concienciar y formar a los jóvenes de la belleza de la Astronomía y la importancia de la protección del cielo para seguir avanzando y descubriendo la física que gobierna el Universo”. En su presentación hizo igualmente énfasis especial en “los nichos de creación y desarrollo de empresas que puedan participar en este proyecto colectivo que es la Astrofísica”.
Miquel Serra Ricart, administrador del Observatorio del Teide y miembro de STARS4ALL, se centró en el desarrollo tecnológico en torno a las medidas y control de la contaminación lumínica. “Las estimaciones sugieren –advirtió- que más de una décima parte del área terrestre del planeta experimenta la Luz Artificial Nocturna (LAN) directa y que se eleva al 23% si se incluye el resplandor del cielo (luz que se dispersa en la atmósfera a la Tierra por moléculas de aire, aerosoles y nubes).” Comentó que, según estudios recientes, la extensión de las áreas exteriores iluminadas artificialmente aumentó un 2% anual entre los años 2012 y 2016. “La pérdida de la oscuridad debido al uso creciente de la LAN tiene un impacto peligroso, pero a veces descuidado, en los ecosistemas naturales”. En su charla informó de las principales actividades que se realizarán en el nuevo proyecto EELabs. “El objetivo –señaló- es maximizar la eficiencia energética de las nuevas tecnologías de alumbrado -principalmente LED- a la vez que se minimiza su efecto en forma de contaminación lumínica en ecosistemas naturales de la Macaronesia. EELabs desplegará Laboratorios de Polución Lumínica (LPL). Los LPL serán infraestructuras ecológicas no intrusivas, ubicadas en áreas naturales protegidas de la Macaronesia, formados por una red de fotómetros y/o un alumbrado público con LED. Su misión será proporcionar apoyo instrumental a los investigadores -socios del proyecto y de otros centros de investigación europeos-, para llevar a cabo Experimentos de Polución Lumínica (EPL).”
Actividades profesionales y Astroturismo
Javier Díaz Castro, como responsable de la Oficina Técnica de Protección del Cielo (OTPC) del IAC, de la que también forma parte Federico de la Paz, técnico presente igualmente en esta jornada, habló de alumbrado Inteligente e Innovación. “La contaminación lumínica es un problema ambiental, económico y social de gran impacto que debe ser abordado desde las Administraciones Públicas, pero también es una oportunidad para el desarrollo de empleos específicos y desarrollo de actividades profesionales, como pueden ser la de técnicos especializados en diseño de instalaciones de alumbrado en zonas protegidas asesorando a los estudios de ingeniería, arquitectura y a fabricantes. Por otro lado, podrían crearse empresas certificadoras del funcionamiento de las instalaciones en cuanto a niveles de iluminación, espectrometría, sistemas de reducción de flujo, horarios de funcionamiento y brillo en carteles luminosos, así como la implantación de la figura del auditor que analice los niveles de contaminación lumínica en una zona y proposición de cambio de alumbrado para reducirla. Todo ello en aras de crear una cultura sobre el alumbrado inteligente y bondadoso con nuestro cielos.”
La Jornada finalizó con la intervención de Antonia M. Varela, directora gerente de la Fundación Starlight, y su ponencia “Cielo Oscuro como Motor de Economía Sostenible: Astroturismo”. Según esta también investigadora del IAC, el turismo de estrellas o astroturismo promovido por la Fundación Starlight es una modalidad innovadora de turismo sostenible y responsable que combina la observación del cielo con actividades relacionadas con este recurso natural que son las estrellas y la difusión de la Astronomía. “Tiene como metas –explicó- la aplicación de medidas para la protección del cielo nocturno (legislación, alumbrado inteligente e innovación, ahorro energético y económico) y la simbiosis de la riqueza paisajista, geológica, medioambiental, de biodiversidad, cultural y científica (arqueología, paleontología, etc.) con el cielo oscuro, siendo necesario que cada territorio singularice, diversifique y gestione particularmente la oferta.” Y añadió que el creciente interés por el astroturismo (200-400 %), sus beneficios directos e indirectos y las oportunidades para el entorno, especialmente el rural, han llevado a la Fundación Starlight a recibir recientemente el Premio FiturNext, en el que se ha hecho un reconocimiento internacional a su labor, como práctica sostenible y replicable, que favorece el desarrollo de la economía local.