Profesor titular de Astronomía y Astrofísica en la Universidad de Cantabria, José Ignacio González completó su tesis en el Instituto de Astrofísica de Canarias. Aparte de estar involucrado en el Gran Telescopio CANARIAS (GTC) desde que se gestó el primer embrión de OSIRIS, realiza un estudio cosmológico sobre cuásares dentro del Plan Nacional de Astrofísica.
- Uno de los términos sobre los que más se escucha hablar a los astrónomos es el de los "calculadores de tiempo". ¿Qué son, para qué sirven y cómo van utilizarse en OSIRIS?
La idea es la siguiente: el telescopio es una especie de detector de luz que funciona como una cámara fotográfica. Aprietas el disparador y durante un tiempo muy corto se abre el obturador, entra la luz y queda registrada la imagen. Ese tiempo es muy breve en cualquier cámara convencional, pero en un telescopio que rastrea objetos débiles y lejanos en el Universo el tiempo de exposición es bastante mayor. Depende de lo que estés buscando, puedes necesitar mil segundos, una hora, toda la noche... Los tiempos de observación en un telescopio como el GTC, con el que serán muchos los astrónomos que quieran trabajar, son muy limitados. Y necesitamos estimar cuánto tiempo mantendremos abierto el obturador de la "cámara" para obtener la imagen deseada.
Aquí entran en juego los calculadores de tiempo. Los ingenieros crean programas informáticos a la medida de cada instrumento para ayudar al astrónomo a tener una idea lo más precisa posible del tiempo que va a necesitar para hacer su proyecto. Y estos calculadores de tiempo contemplan también las inevitables pérdidas de luz, ya sea al rebotar en el telescopio o bien al ser absorbida por las superficies ópticas. Paradójicamente, la luz que sobra o se pierde es un parámetro importante para calcular el tiempo de exposición.
Hay que tener en cuenta además los límites de cada instrumento a la hora de captar el brillo de las estrellas. En el caso de OSIRIS, para hacernos una idea, el objeto más débil que podría ver sería aproximadamente un billón de veces más débil que el Sol. Y es que con el diámetro del GTC se pueden detectar galaxias que están a 15.000 millones de años luz. El objetivo es ver objetos cada vez más antiguos en el Universo.
- En este Encuentro se ha dedicado mucho tiempo al manejo de la reducción de datos, ¿en qué consiste?
Alrededor de cualquier experimento científico de cierta complejidad existen factores que perturban las medidas y pueden falsear los resultados. En el caso de la observación astronómica, puede ser la propia atmósfera la que distorsione la luz. Estas y otras perturbaciones son lo que los astrofísicos llamamos ruido.
La reducción de datos es un tratamiento de limpieza para eliminar todo ese ruido de los primeros "datos crudos" que obtiene el instrumento. Detectadas las fuentes de perturbación y calibrados los datos, se inhibe el ruido gracias a programas cuyos algoritmos desechan lo que no nos interesa.
Cuando los instrumentos se van complicando, la reducción de datos también lo hace. Hoy en día se tiende a tener datos de muchos objetos a la vez, y si los reduces uno por uno puedes perder mucho tiempo. Hay mucha competencia, los resultados se enfrían y el ritmo de trabajo no te permite el lujo de tenerlos estancados. El astrónomo se preocupa por ser eficiente: tiene que publicar resultados. La ciencia sin que la gente la sepa no sirve para nada, no se avanza. ¡Yo no me puedo guardar la ciencia en mi cajón!
- Los astrónomos han venido a La Palma a practicar con las herramientas que utilizará el GTC, ¿se irán con la lección ya aprendida o la formación continúa?
¡Ya lo creo que continúa! Están saliendo cosas nuevas constantemente, cada dos por tres hay instrumentos nuevos, telescopios más grandes...Todo esto obliga al astrónomo a reciclarse, a aprender a manejar otros programas, a adaptarse. Ahora es el GTC, luego serán los satélites, cada año hay novedades. Se aprende lo que se puede, pero los astrónomos tendemos a especializarnos.
La idea de esta reunión es que la comunidad española y la mexicana vean cómo está el instrumento, que sepan que está terminado, que van a tener a su disposición de forma inmediata muchas de sus herramientas informáticas. Hay que preparar a la gente que va a usar el instrumento para que luego "no le pille el toro", para que le pierdan el miedo. Con este tipo de encuentros la gente se anima, entra en contacto con quienes trabajan en ello y pueden mejorarlo gracias a sus aportaciones.
- ¿Qué sueñas que aporte OSIRIS a tus trabajos?
Para mí lo mejor que podría pasar es que la gente lo aproveche y que el instrumento funcione como queremos que funcione. El objetivo inicial de OSIRIS fue que se convirtiera un instrumento abierto al mayor número posible de proyectos y creo que eso se ha conseguido.
En mi caso, con OSIRIS sueño con conseguir hacer un censo de cuásares de zonas distantes que todavía nadie ha explorado. Sería un logro muy importante para la Cosmología. Hasta hace poco no ha habido este tipo de telescopios y estoy seguro de que OSIRIS será capaz de hacerlo.
Más información:
Página web de divulgación del Congreso
Página web de divulgación del Gran Telescopio CANARIAS
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