Como todos los años, por estas fechas, llegan las estrellas fugaces del verano: las Perseidas. Su principal actuación en el cielo está prevista para la madrugada del domingo 12 al lunes 13 de agosto, en torno a las 5 h de TU (6 h en Canarias y 7 h en la Península). No obstante, algunos modelos predicen otros máximos de actividad, de nuevo un motivo para mirar al cielo más de una noche durante estos días. La intensidad media, en condiciones favorables, será de un meteoro cada uno o dos minutos. En esta ocasión, la ausencia de Luna, que entrará en su fase nueva, permitirá una óptima observación, a diferencia del año pasado.
Las lluvias de estrellas no son más que pequeñas partículas de polvo cósmico depositadas por algún cometa y que, en su viaje anual alrededor del Sol, se encuentran con la Tierra. Las partículas de polvo entran en la atmósfera terrestre a gran velocidad y se desintegran, brillando en su caída. En el caso de las Perseidas, la nube de partículas que se encuentra nuestro planeta ha sido producida por el Swift-Tuttle, un cometa descubierto en 1862 y que nos visita cada 130 años.
El nombre de “Perseidas” procede de la constelación en la que tiene su origen. La zona del cielo en la que aparentemente se originan las trazas brillantes de una lluvia de estrellas se denomina “radiante”. Para esta lluvia, el radiante se produce en la constelación de Perseo, muy cerca del famoso cúmulo doble de Perseo y casi a medio camino entre esta constelación y la de Casiopea.
Para observar las Perseidas es conveniente alejarse de las zonas urbanas iluminadas y contemplar el cielo desde una posición cómoda (preferiblemente medio acostado) y sin ningún utensilio; mejor a ojo descubierto.
Más información: