Las Cefeidas de Henrietta (II)

Henrietta, la sexta comenzando por la derecha, durante un representación teatral con sus compañeros y compañeras del Observatorio de Harvard en 1929. Crédito: Harvard College Observatory (HCO).
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Swan Leavitt no fue la única Henrietta que se interesó por las estrellas variables y, en particular, las Cefeidas. Algunos años después de la muerte de la primera Henrietta, otro cisne descendió[1] en el grupo de las computadoras de Harvard.

Henrietta Hill Swope nació en 1902 en Estados Unidos en una familia culta y con recursos económicos. Su padre, Gerard Swope, había estudiado ingeniería en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, en sus siglas en inglés) y se convertiría más tarde en el presidente de la compañía General Electric. También, su madre, Mary Dayton Hill, había cursado estudios superiores y estaba muy implicada en temas sociales, llegando a ocupar un cargo en la Liga Internacional de Mujeres por la Paz y la Libertad.

El apoyo de la familia Hill Swope fue determinante para que Henrietta pudiera ser independiente durante toda su vida, lo que le permitió dedicarse por completo a la ciencia.

Precisamente gracias a que la familia veraneaba en la isla de Nantucket, al norte de Massachussets, Henrietta tuvo acceso al Observatorio María Mitchell, fundado en honor a la primera astrónoma estadounidense. El observatorio, dirigido por la también astrónoma Margaret Harwood, ofrecía seminarios y clases nocturnas para el público general. Fue allí donde Henrietta asistió a una charla del director del Observatorio de Harvard, su futuro jefe Halow Shapley, sobre la estructura de la Vía Láctea, temática que le resultó muy interesante.

Así, a principios de los años 20, Henrietta se matriculó en el Barnard College, una de las instituciones de educación superior femeninas más antiguas y prestigiosas, y obtuvo su titulación en matemáticas en 1925.

Henrietta Hill Swope. Crédito: Charles Reyne, Harvard College Observatory (HCO).
Henrietta Hill Swope. Crédito: Charles Reyne, Harvard College Observatory (HCO).

La importancia de los modelos de referencia

Los estudios de género muestran que, en general, para que los hijos realicen estudios superiores es fundamental que la madre haya recibido una educación, siendo especialmente relevante en el caso de las hijas [1]. Igualmente, se constata que el acceso a modelos de referencia juega un papel crucial en las jóvenes a la hora de elegir su profesión futura [2]. Es precisamente la falta de modelos con los que identificarse, lo que lleva a muchas chicas a acabar escogiendo carreras “tradicionalmente femeninas”, provocando la ausencia de mujeres en ciertas disciplinas científicas [3].

En el caso de Hill Swope, sin duda tener modelos de referencia, primero, dentro de su familia y, posteriormente, en su ambiente más cercano, fue decisivo. Porque fue justamente Margaret Harwood quien le animó a escribir a Shapley y a adentrarse de lleno en la Astronomía.

De Harvard a Chile

En 1926, Henrietta Hill Swope ingresaba en el Observatorio de Harvard como asistente para especializarse en la detección de estrellas variables a partir de placas fotográficas y en la estimación de sus magnitudes estelares. Henrietta poseía una pericia extraordinaria para este trabajo y era capaz de identificar con gran facilidad patrones y variaciones de brillo casi imperceptibles.

En 1928 Swope obtuvo su máster en Astronomía y continuó sus investigaciones sobre las Cefeidas y otros tipos de variables de nuestra galaxia. Estimó la luminosidad y los periodos de pulsación de un gran un número de objetos con una gran precisión, llegando a analizar más de 1600 variables entre 1927 y 1942. Durante este periodo publicó, junto con Shapley, artículos de gran impacto en el campo de la variabilidad estelar (destaca, por ejemplo, su artículo de 1929 acerca de 35 estrellas RR Lyrae, un tipo de estrella variable de periodo corto, encontrada generalmente en cúmulos globulares) y en el estudio de la forma y estructura de la Vía Láctea, en los que presentaban las primeras evidencias de la existencia de un núcleo galáctico masivo.

Con el estallido de la II Guerra Mundial, Swope se alejó temporalmente de la astrofísica y trabajó en el laboratorio de radiación del MIT cálculando tablas de navegación marítima y como matemática en la oficina hidrográfica del departamento de la marina de los Estados Unidos.

En 1947 volvió a la investigación con un puesto de astrónoma asociada, primero, en el Barnard College y, después, en la Universidad de Columbia, donde también impartía clases. En 1952 fue invitada por el reconocido astrónomo, Walter Baader, para trabajar como asistente en el Instituto Carnegie en Washington, donde desarrolló el resto de su carrera científica.

Allí comenzó a interesarse por las variables extragalácticas, mucho más débiles y que requerían observaciones de mayor calidad con instrumentos más potentes, como el telescopio Hale de 1 metro ubicado en el Observatorio Monte Palomar. Henrietta elaboró, junto con Baade, el catálogo de estrellas variables de Palomar tras el análisis de cientos de placas fotográficas. Nunca pudo realizar sus propias observaciones ya que los observatorios estaban restringidos a las mujeres en aquella época. A pesar de las restricciones, Swope sí consiguió que la incluyeran en las fotografías oficiales del personal científico del observatorio, siendo la primera mujer en aparecer en su anuario.

Su colaboración durante años con Baade fue muy productiva, aunque la mayor parte del reconocimiento lo obtuvo su compañero. En 1965, Baade y Swope publicaron un artículo fundamental en el que presentaban los resultados del análisis de las curvas de luz de 275 Cefeidas localizadas en la galaxia de Andrómeda y la estimación más precisa hasta el momento de la distancia a nuestra vecina (usando justamente la relación luminosidad-periodo que había descubierto Henrietta Swan Leaviit discutida en el artículo anterior). El valor que obtuvieron fue de 2,2 millones de años luz, muy cercano al valor actual, y el doble del que había computado Hubble. Este resultado tuvo profundas implicaciones sobre la concepción del tamaño del Universo y fue una de las evidencias que confirmó que las “nebulosas espirales” eran en realidad otras galaxias como la nuestra localizadas a enormes distancias [4].

No fue hasta el final de su carrera que Henrietta consiguió una posición como investigadora en el Instituto Tecnológico de California (Cal Tech). En 1968 le fue concedido el premio Annie Jump Cannon, de la Sociedad Americana de Astronomía, por su notable contribución a la Astrofísica. Poco antes de morir, donó parte de su fortuna a la construcción y desarrollo del Observatorio de Las Campanas en Chile, donde se encuentra actualmente el telescopio Swope en honor a su fundadora.

Henrietta Hill Swope es la menos conocida de las dos Henriettas, pero no por eso fue menos brillante. ¡Nunca un nombre propio aportó tanto a la Astronomía!

 

Este artículo, redactado por Sandra Benítez Herrera, fue publicado originalmente en la Revista Astronomía en diciembre de 2019.

 

Referencias:

[1] Vasconcellos, E. C. C. & Brisolla, S. N (2009). Presença feminina no estudo e no trabalho da ciência na Unicamp. Cadernos Pagu, vol. 32, p. 215-265.

[2] Benitez-Herrera, S; Spinelli, P.; Mano, S.; Germano, A. P.; (2019). Pursuing gender equality in Astronomy in basic education. Anales del Simposio Internacional de Educación en Astronomía y Astrobiología. Revista Europea de Física, vol. 200, 02010.

[3] Viegas, S.; (2013). Astronomia brasileira no feminino. Incluido en: História da Astronomia no Brasil. Matsuura, O. T. (Org.), vol. 2, p.522-548.

[4] Baade, W. & Swope, H. H.; (1965). Variables in the Andromeda galaxy - Fields I and III. Astronomical Journal, Vol. 70, p. 212. 

 

[1] En alusión a los apellidos de ambas Henriettas: en inglés, “swan” significa “cisne” y “swoop” significa “descender”.