Cometa C/2023 A3 Tsuchinshan/Atlas (II): llega la segunda (y última) oportunidad para observarlo

Fecha de publicación
Autor/es
Alfredo Rafael
Rosenberg González
Oswaldo González
Daniel López
Categoría

Tanto si madrugaste como si no, para ver el cometa C/2023 A3 Tsuchinshan/Atlas hace unos días, tendrás en breve la segunda (y última) oportunidad de verlo a simple vista, disfrutarlo con prismáticos y/o fotografiarlo tras la puesta de Sol. Te damos fechas, horas, dirección en la que observar y te explicamos el motivo por el cuál esas fechas son las idóneas.

Pasado el primer periodo de observación vespertina en que el cometa pudo ser observado en torno a su perihelio (el pasado 27 de septiembre) cuando nos dejó imágenes y secuencias como las que adjuntamos a esta entrada, se aproxima ahora la segunda (y única) oportunidad de poder disfrutarlo de nuevo. 

Cometa C/2023 A3 sobre el Observatorio del Teide, Observado el 1 de octubre de 2024. Se observa una cola de aproximadamente 13 grados. D. López / IAC
Cometa C/2023 A3 observado el 1 de octubre de 2024 sobre el Observatorio del Teide (IAC). Se puede observar como su cola ha crecido hasta abarcar más de 13 grados aparentes en el cielo, lo que equivale a unos 25 millones de kilómetros como mínimo. Autor: D. López / IAC

Existen varios factores importantes que debemos considerar a la hora de observar el cometa: su brillo intrínseco, la distancia a nosotros, su distancia aparente al Sol en el cielo y cómo este ilumina el horizonte hasta el crepúsculo, la disminución del brillo de los astros debido a la mayor cantidad de aire que debe cruzar su luz a medida que nos acercamos al horizonte (denominado extinción atmosférica), el brillo de la Luna… y todo ello sin entrar a considerar las condiciones meteorológicas. Por todo ello no es nada sencillo predecir lo que va a ocurrir como si de un simple eclipse de Sol se tratase. Entran en juego muchos factores aleatorios que dificultan terriblemente saber qué, cuándo y cómo va a pasar.

Cometa C/2023 A3 observado el 1 de octubre de 2024.

Brillo intrínseco. Los cometas son cuerpos muy peculiares en el Sistema Solar. Están compuestos por materiales helados en su lugar de origen (casi siempre mucho más lejos del Sol que la órbita de Neptuno), pero que se subliman (pasan de estado sólido a gaseoso) con facilidad. Es por ello que cuando están lejos del Sol (y extremadamente fríos) son un iceberg que flota en el espacio, de metros a decenas de kilómetros de diámetro. Pero cuando parte de su material se sublima este crea una exo-atmósfera de miles a cientos de miles de kilómetros que es iluminada por el Sol, haciendo que el cuerpo aumente su brillo muchísimo. En términos muy sencillos, un cometa es más brillante cuanto más cerca está del Sol. A medida que se aleja, pierde su exo-atmósfera y va disminuyendo hasta hacerse indetectable de nuevo. Ahora que el cometa el C/2023 A3 ha comenzado su camino de vuelta, disminuirá su brillo hasta hacerse invisible a simple vista, seguramente antes del 26 de octubre.

Distancia a nosotros. Pensemos en una vela. Brilla lo que brilla. Ese es su brillo intrínseco. Pero dependiendo de la distancia a la que la situemos, recibiremos más o menos luz y nos iluminará más o menos. Un cometa que se encuentra al doble de distancia que otro exactamente igual, lo veremos brillar con una cuarta parte de su intensidad. La distancia es un parámetro fundamental al determinar el brillo de un objeto. En nuestro caso, el cometa pasará el día 12 de octubre a tan solo unos 70 millones de kilómetros (distancia mínima a nosotros), y a partir de entonces se irá alejando, disminuyendo su brillo. 

Contaminación lumínica natural: la luz crepuscular y el brillo de la Luna. Dos objetos celestes que perjudican la contemplación del cielo son el Sol y la Luna. Al tratarse de los dos cuerpos más brillantes del cielo, son los que más contaminan lumínicamente. En el caso del Sol, desde el amanecer hasta su puesta, no nos permite ver el resto de estrellas del firmamento (es de día) aunque naturalmente están ahí. La dispersión de la luz por la atmósfera terrestre crea un “efecto visillo” que nos impide distinguir los objetos más débiles, siendo visibles solo la Luna y ocasionalmente Venus, algún cometa excepcional o una supernova. Antes del amanecer y después del atardecer existe un periodo de tiempo que denominamos crepúsculo, en el que la luz disminuye paulatinamente hasta desaparecer. Existen distintas definiciones según la utilidad que busquemos, pero digamos que suele ser un tiempo de entre media y una hora dependiendo de las condiciones de oscuridad que se requieran. Está claro que deberemos esperar algún tiempo tras la puesta de Sol para poder ver estrellas sobre el horizonte. 

Con la Luna sucede algo similar, aunque en menor medida. Según la fase de la Luna tendremos menor o mayor contaminación del cielo nocturno. Las fases de la Luna son conocidas, y podemos ver que a partir del 19 de octubre comenzaremos a tener periodos cada vez más largos de oscuridad antes de que salga la Luna, dejando de estorbar para la observación del cometa a partir de 21 de octubre puesto que la Luna aparecerá después de la puesta del cometa sobre el horizonte. En resumen, su contaminación va a peor hasta el día 18 pues aumenta de fase, para darnos un respiro el resto del mes.

Extinción atmosférica. Un último factor muy importante es el efecto de la atmósfera. Esta no es totalmente transparente en luz visible, sino que una parte de la luz es refractada y dispersada en su recorrido a través de la misma. Un rayo de luz que provenga de las estrellas situadas en el cenit atraviesa nuestra atmósfera de forma perpendicular, en cambio cuando están a poca altura sobre el horizonte su luz atraviesa capas de atmósferas mucho más gruesas atenuando notablemente su brillo. Por lo tanto, podemos ver objetos más débiles cerca de la vertical, mientras que solo objetos brillantes o muy brillantes cerca del horizonte. Por ello, aunque los primeros días que podamos ver el cometa, este sea más brillante, su posición más cercana al horizonte nos dejará verlo aparentemente más débil o incluso no podremos verlo. Las condiciones atmosféricas adversas (alta humedad, nubes, calima…) pueden aumentar este efecto de la extinción atmosférica o sencillamente impedirnos poder ver el cielo. 

Tomando en cuenta todos estos factores, queremos informarte sobre cada uno de ellos y de qué manera pueden repercutir sobre la observación del cometa Tsuchinshan/Atlas (C/2023 A3) durante el mes de octubre. 

Dirección de observación. La órbita retrógrada (inversa a la de la rotación de los planetas) ha hecho que el cometa se desplace cada vez más cerca de la Tierra hasta el día 12 de octubre. Eso significa que, aunque disminuye de brillo al alejarse del Sol, su acercamiento hacia nosotros haga que aparentemente su brillo aumente. Lástima que no podamos verlo después del crepúsculo, por estar tan cerca del Sol. A partir de día 12 de octubre se alejará de nosotros y se irá “apagando” al alejarse del Sol, por lo que cada día perderá un poco de su brillo. Su órbita lo situará en el oeste tras la puesta de Sol. Así que, es importante tener claro que debemos buscarlo aproximadamente en la vertical del Sol (para latitudes de unos 20 grados norte). Para latitudes ecuatoriales, buscarlo un poco más a la derecha de la vertical del Sol en el cielo, y para latitudes del hemisferio sur, más a la derecha cuanto mayor sea la latitud sur. Para Europa, por ejemplo, un poco más a la izquierda del lugar de la puesta de Sol. 

Por fin, algunas sugerencias de fechas para observar el cometa. 

Si quieres verlo a simple vista, un buen momento puede ser entre el 13 y el 16 de octubre. El Sol se pone alrededor de las 19:45 (depende de tu localización), y posiblemente podrás ver el cometa a partir de las 20:45. El 13 de octubre está muy cerca del horizonte, y solo dispondrás de 15-20 minutos antes de que desaparezca sobre el horizonte. Poco a poco, cada día, se ganará unos 15 minutos más de visualización al subir su posición aparente en el cielo, poniéndose el día 16 alrededor de las 22:00. Las condiciones empeoran cada día en lo que respecta a su brillo, distancia y fase de la Luna, aunque mejora su altitud sobre el horizonte. Como mucho, es previsible que sea observable hasta el día 25 de octubre. Usar unos prismáticos puede ser una gran idea para ver y disfrutar más de nuestro efímero visitante. 

Para los amantes de la fotografía con cámara, cualquier fecha será buena. A partir del 19 de octubre habrá periodos “oscuros” (sin Luna) cada vez mayores, que permitirán obtener mejores detalles del cometa, especialmente con la Vía Láctea, por ejemplo. Serán noches perfectas a partir del 21 de octubre, aunque el cometa irá disminuyendo de brillo y reduciendo la longitud de sus colas.

La fotografía con telescopios será más sencilla en el periodo “oscuro” del mes (que empieza el 19 de octubre, mejorando hasta el 21 y siendo perfecta el resto del mes). Aunque cualquier momento puede ser bueno por lo impredecible que son los cometas y lo caprichoso de sus colas. En particular, el 15 de octubre cruza junto a M5 (un cúmulo globular) que puede resultar en una toma muy espectacular que mezcle objetos astronómicos muy diversos.

Durante las primeras horas de la noche podremos disfrutar de la presencia de Venus (brillante y cerca del horizonte oeste, situado a la izquierda del cometa), Saturno (en lo alto del cielo), y Júpiter (que estará saliendo por el horizonte opuesto alrededor de las 22:45).

Esperamos que disfrutes del cielo de octubre con esta increíble oportunidad.